jueves, 2 de junio de 2011

El amor es de valientes!


Y es que ha sido así desde el puro inicio, en mi condición de hombre, los roles y los mandatos han sido claros, Tenés que saber ligar!, (ligar es un arte!, suena refácil, el problema es que nunca encontré el libro), y ¿cómo no aceptar que el amor es de valientes?, si me toca armarme de valor, exponerme y aventurarme en una excursión que no asegura éxito desde la primer entrada.
Creo no estar “loco” al sentir cierto rechazo “al rechazo”, y estoy casi seguro que una buena mayoría piensa igual, en fin, además de esta condición de “autoconservación emocional”, agregó ese temor a no identificar gestos, ademanes, señales que me encaminen a ese sendero, al “La pegué”! (seguido de ese movimiento de brazo que hace un trailero al jalar el pito carretera al Zurqui).
Para peores nunca me he caracterizado por mis dotes de ligador, encima el tiempo de cesantía cobra cierta factura, y si es cierto que esta cuestión es cómo andar en bicicleta, por lo menos, la seguridad en mí es la que paga las deudas.
Además suponiendo que lo anterior es superado, tengo que tomar en cuenta mi historial y el de ella, por ejemplo cualquier tipo de: “cambios temperamentales”, “exrelaciones tormentosas”, “personalidades volubles”, etc… Imposible es no llegar a esa famosa pregunta, ¿y si me pasa lo mismo?, aquí es cuando, sostenido por la ley de “autoconservación emocional”, saco la lista de “sies y noes”, una pequeña guía que he recopilado, en la cual, anoto cuestiones que me encantan, las que pasan como faltas leves y las que definitivamente no puedo tolerar, que conste, he notado, con el afán de impedir un “la misma vara otra vez”, en una actitud “boicoteadora” agravo las faltas leves y las transformo en alejamientos definitivos, en puntos finales.
Y es que, la siguiente etapa es importantísima, es en la que convivo, y me empiezo a abrir, con riesgo a encariñamiento y posible enamoramiento, y un Sabinazo me respalda, “el amor cuando no muere mata, por qué amores que matan nunca mueren”, y es que "al chile", un amor casi me mata, ¿cómo esperar no tener miedo?
Sé que la cobardía no es atractiva, y también no discuto que lo que he escrito en su mayoría son puras excusas, pero realmente, el amor si es de valientes, por lo tanto, y de manera respetuosa, "cortis", le encargo tal encomienda a los caballeros de armaduras color plata, que al parecer, estoy en un período un tanto “mariconcito”.