lunes, 20 de diciembre de 2010

“Asesinato del amor”


Serví mi taza de café, negro y sin azúcar, el día estaba frío y rápidamente el viento se encargo de aromatizar la oficina, cerré la ventana, me senté en mi silla, tome el periódico, y en primera plana leí:

“Asesinato del amor”

- ja! Nuevamente la rutina contraataca o fue un trabajo de la infidelidad!- dije con voz de molestia recordando sinsabores. -Estas fechas se prestan para los excesos y el olvido de las consecuencias!,-- concluí. Rápidamente perdí el interés y no leí más, a inicios de año había sido parte del porcentaje incluido en las cifras que el periódico me mostraba.

Continúe con mi rutina, y mientras hacía y deshacía constantes pulsiones me llevaban a pensar¨: -- ¿Habrá sido que soltaron la indiferencia y al desinterés?--, desde mi experiencia los dos asesinos más efectivos e hirientes con los que he tropezado.

Fue camino a mi casa, cuando presencie una escena que cambio en definitiva mi perspectiva, mis propios ojos fueron testigos al ver en acción, al asesino que posiblemente mencionaba el periódico. Su profesionalismo y ligereza me llenaron de asombro.

Al hacer lo suyo se acompaña de un distinguido y respetable caballero, su socio, haciendo uso de sus influencias, hace de la noche su medio para movilizar y dejar al descubierto todo lo necesario, él se llama “Verdad”…….. Y ¿el asesino?, ¿Qué lo hace tan diferente? El matador no solamente elimina al amor, al cometer su hazaña se encarga de eliminar de raíz historia, interés y esperanza, Erradicando esa idea que se esconde del “tal vez más adelante”, ¿Su nombre?, decepción!

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