¿Qué podría salir mal?

La cuestión era que esa salida no había sido prevista, todo se hizo a la carrera, y ¿la verdad?, no me agradaba mucho la idea de ir, ¡pero bueno!, luego de una fuerte conversada con mis amigos, accedí, y pensé:

-Las cosas suelen salir mejor cuando menos se planean. -

-Hace rato no voy a allá, me decía buscando un empuje adicional, y, ¡Es un pueblo para hacer amigos!, ¿Qué podría salir mal?-

-Así, me hice la idea! -

Y todo estaba listo, bien acicalado, recién rasurado, bien vestido y perfumado, y el as bajo mi manga; ¡Unos lentes de sol que matan a cualquier NENA!, Esa fue la línea de persuasión que había utilizado el vendedor, Seamos honestos! Era imposible no haberlos comprado!! Eso, y además me habían gustado.
Llegamos, y todo marchaba bien! Fuerte solcito rico, birrita fría en mano, y mientras lo disfrutaba me repetía, ¿Que podría salir mal?, Saludos venían e iban, la mayoría a/de conocidos, alguno que otro de un amigo recién hecho… En fin, todo tuanis!

Con el transcurrir del tiempo todo se iba relajando más, posiblemente una mezcla entre pasar el rato con mis amigos, bebidas frías, muchachas guapas, comida “maomenos”… De noche, decidimos entrar a uno de los “Megabares”.

Adentro, cada vez eran más nuevos amigos que viejos, las circunstancias de la noche resultaban altamente agradables, pero mi cuerpo me demandaba ya algo un tanto diferente;

-Suave un toque, ya vengo, voy por una botella de agua-

Les decía a mis amigos, mientras me dirigía a uno de los puestillos dentro del lugar, pido la botella, me tomo un trago y el cuerpo lo agradece enormemente!

Fue en mi camino de vuelta, cuando nuevamente, SSAAAAAZZZZ!!! Tope con la mejor amiga de mi ex -novia, escaneè el área rápidamente y en efecto, esta vez si la vi… Todos los sistemas de alerta se encendieron, cuerpo, espalda y manos entumecidas, ojos y el corazón afuera, boca seca y pulmones sin aire, -OH OH!!- dije, cuando recordaba mi Aun no estamos listos!, y venia a mi mente la pregunta del día, ¿Que podría salir mal? PUTA TODO! Fue la respuesta inmediata.

Bueno, consciente de lo que pasaba me logre descongelar, dando 5 pasos hacia atrás y conversándome logre recordar la petición que había hecho, y en momento se me cumplía: “Cuando la vuelva a ver, ojalá yo puede decidir qué hacer.”

Y entre una lluvia de preguntas, tales como: - ¿Y ahora qué hago? ¿La saludo o no? Surgió la que me hizo tomar decisiones, ¿Estaré listo? ¿Cómo me sentiré si la saludo? ¿Respuesta? Únicamente haciéndolo.

Ok! Satisfecho, empiezo con argumentos para des-decidirme y otra pregunta salta, ¿Qué le digo para no sonar tan bruto?, cuando de inmediato la respuesta me golpea tal y como un buen cosquito: ¡No jodas!, ¿Que te importa lo que piense? ¡Hacélo y ya!

¡Listo!, botella de agua en la bolsa de atrás, camino hacia ella, ambas manos dentro del pantalón, tratando de calentarlas y de contener el miedo que ya no cabía, saco una de ellas de la bolsa, le toco la espalda, Ella voltea el cuello hacia su derecha, de re-ojo me reconoce, y abre los ojos más que cuando yo me asusto, en un intento torpe por movilizar su cuerpo un tanto paralizado, logra quedar frente a mí, luego de mirarnos por los 30 segundos más eternos de mi vida, y con media sonrisa en mi boca por mi gran logro y aliviado, puedo decirle:

-¡Hola!, ¿Cómo vas?-

Mientras me agachaba y le saludaba con un beso en la mejilla, ella no decía nada, sus ojos hablaban por ella, por otra parte, su acompañante inflándose de aire el pecho trataba de hacerse ver, yo le salude con la cabeza y otra sonrisa, y me despedí de ella:

-¡Espero que estés muy bien! ¡Nos vemos!

Me alejé y empecé a abrirme campo entre la gente, y seguido de el trago de agua más refrescante que haya tomado, lavé el miedo, mientras entre porras y aplausos internos, me decía: - ¡Prueba superada!, ¡Ves! no era para tanto!, ¡Esta hasta menos guapa!-