miércoles, 25 de agosto de 2010

Para que YO me oiga y para que YO me sane…


“Decir la verdad cuando sabemos que nos pesará, es la mejor prueba de honradez”, varias noches esta secuencia de palabras ha divagado entre sabanas, almohadas, cuerpo y alma, contenidos en un letargo meditabundo, tal parece que el tiempo de retoñar es puntual, y es ahora…

Para que YO me oiga y para que YO me sane…

Lo acepto, soy el progenitor de decepciones, asesino de príncipes azules, demoledor de castillos rosados, verdugo de expectativas falsas nacidas en ilusiones románticas. Quebrantador de corazones, dulces, sinceros e inocentes corazones… Todos importantes, pues su simple existencia lo demanda así…

Dicho así, y lejos de auto castigarme ni mucho menos con intenciones condenatorias, Siembro semillas cargadas de autoconciencia, corresponsabilidad y extremo equilibrio interno…

No eras lo que yo esperaba, tampoco yo cumplí con los sueños, expectativas y demás ideas que vos querías encontrar….

Sorpresa!!!!!!, mis sentimientos y mi ser son movilizados en sangre roja… Y sabes qué?! Lamentablemente no lo lamento, no soy del linaje de la quimérica sangre azul que añorabas, tristemente intente calzar en tu molde “encantado”… A Dios gracias, por alguna extraña razón las cosas llegan a suceder y siempre abrigare, no fue por el medio más sutil o indoloro, pero en fin, ya fue…

Y bien, Aunque admirablemente tienes una tremenda facilidad para hacerme daño… Por decisión y por la salud del corazón NO TE ODIO, pero tampoco te deseo en mi presente ni en mi futuro…
Ya NO TE AMO, sin embargo, he de confesar que esporádicamente eres mencionada en mis preces nocturnas.

Deseando que esta historia que protagonizamos sea igual de edificante para vos como lo ha sido para mí, queriendo que vivas una vida llena de éxitos, de bendiciones y de felicidad.

Esta noche dejo de esperar los dos puntos suspensivos y reconozco, en completa paz conmigo mismo este punto final… Uno más de los muchos que posiblemente vaya a anotar en mi historia de vida…

No hay comentarios:

Publicar un comentario